1) Trabajar a horas extrañas y en horarios muy extendidos.
2) Generalmente terminar trabajando más de lo pautado
originalmente.
3) Ser más productivo los fines de semana.
4) Trabajar mas para los organismos de Contralor (es decir,
quienes no te pagan los honorarios) que para tus clientes (es decir, quien si
te paga tus honorarios).
5) Qué muchos de tus amigos no te entiendan y
termines con quienes verdaderamente te entienden, es decir otros Contadores
Públicos.
6) Escuchar de tus clientes siempre, pero siempre, la siguiente
frase: tantooooo tengo que pagar!!!!.
7) Saber que si por cualquier hipotética cuestión las cosas no salen
lo bien que debieran, tienes altas probabilidades de que todos crean que
tienes la culpa.
8) Soportar que el cliente se confunda y crea que eres:
abogado, licenciado en economía, legislador, psicólogo, etc, todo esto deducido
por el tenor de las preguntas que te realiza.
9) Que cuando la gente te pregunta que haces, se te complique explicarlo debido a la inconmensurable y diversas tareas que realizas.
10) Que luego de determinada edad y durante los meses de abril y mayo de cada año te despiertes diciendo: yo no
voy a pasar muchos mas días haciendo esto.